Saturday, February 14, 2009

El pasado

No sé adónde voy, no se aún lo que haré una vez que haya concluido la licenciatura, pero sé algo, que he llegado lejos a pesar de las espectativas de los demás. Fue muy difícil haberme quedado a cargo de un hogar a los 11 años con la muerte de mi madre, sufrir la adicción de mi hermano, el aislamiento de mi papá.

El medio eran: cholos en la esquina del norte, en el periférico los muchachos que vendían la droga; cuatro cuadras arriba, tres a la derecha y ya era territorio de los N.A.M.S. El más peligroso por así decirlo. Los chicos lanzaban sus piropos, si conseguías andar con uno que perteneciera a un grupo de vaguitos eras popular. Yo conseguí salir con un chico de la O.P. (Le hacían favores a los NAMS para que éstos no les atacarán). Mi primer beso fue recargados en un auto viejo, él fue mi primer novio, tenía 13 años y él 18.

El haber salido con él, no fue bueno, recibí muchas agresiones, verbales y físicas, me cansé de eso. Terminamos. Pero no se iba a quedar así. Hay reglas, cada grupo marca su territorio en las paredes escribiendo el nombre de éste y si otro grupo encimaba su sello (que puede ser un dibujo o igualmente el nombre) se producía una pelea entre ellos por el territorio. Sabiendo esto, tomé un marcador, me fui a caminar con mi prima y cada letrero que decía NAMS le pintaba OP, siempre cuidando nadie nos viera, fue algo perverso, pero me vengué. No supe lo que pasó después. Conseguí otro grupo de amigos, más o menos iban por el mismo camino de pandillaje. La mayoría de los chicos de ese lugar suelen ser así.

Cuando cumplí 14 años me regalaron esta máquina. Lo primero que hice fue abrir un correo electrónico que aún conservo, me metí a una sala de chat, yo tenía un léxico muy pobre, bastante coloquial y lo fui cambiando. No me he querido deshacer de ésta preciosidad de máquina, procuro siempre actualizarla, mejorarla y mantenerla al mejor nivel porque este aparato me llevó a salir de ese contexto, ya cyber-conocía gente de otras zonas de la ciudad, de otros estados como Yucatán, Sonora, Tijuana, Veracruz e incluso de otros países como España, Perú, Venezuela, Colombia, entre otros. Esta computadora me ayudó a ampliar la visión de mi futuro, pero quien me motivó más fue una maestra: Alma Anaya, psicóloga, impartía Formación Cívica y ética en la secundaria y también la profesora de español Miriam Landa quien me impulsó a seguir escribiendo.

Fui cambiando mis amistades, a los 15 años ya no vivía en el mismo lugar, ya no había cholos, mi hermano ya no era adicto, él es quien me hace sentir protegida, ya no vive en México. Sigo viviendo donde mismo, en la colonia tranquila, sali el bachillerato, me tomé 6 meses antes de entrar a la universidad, entré a la carrera de psicología, conocí a Marx y a Engels, creo que las personas con quienes convivía en mi adolescencia, delincuentes a fin de cuentas, son producto de la sociedad que los hizo nacer así, pero tienen la opción de dejar serlo. Hasta la fecha las cosas no han cambiado. Voy a visitar a mi prima de vez en cuando, no suelen pasar los coches de la policia por las noches a menos que algún vecino les haya llamado, los NAMS ya no existen, los chicos de la OP se unieron a otros grupos. Tengo entendido se hacen llamar ya por números, los 13's y los 18's, cargan armas de fuego y así son sus enfrentamientos: a balazos, es peligroso ir de noche.

Me siento ajena de todo aquello, conseguí salir de ahí y romper con muchas ataduras; antes de venirme a vivir aquí, ya no salía de la casa, sabía del mundo por la computadora. No me duele mi pasado y tampoco considero he vivido cosas difíciles, he vivido con algunas carencias afectivas, pero el tiempo y yo las iremos llenando. Algunas veces me preguntan sobre la secundaria donde iba, menciono el nombre y la colonia, no es raro escuchar que me digan "que barrio tan naco" o me miren con extrañeza por haber pertenecido tanto tiempo a ese lugar.

Ya he cursado la mitad de la carrera y no es presunción, pero hasta ahorita, en el grupo donde estoy de 40 personas, soy la mejor. Es mi sueño y vale la pena que me esfuerce. Entre el trabajo y la escuela hay días que no duermo, pero el sacrificio será recompensado al menos con mi propia satisfacción.

No comments:

Post a Comment