Ya un año más... y ahí estaba en la habitación buscando libros para unas lecturas y me percaté (quizá por el 14 de febrero, mi cumpleaños juntos, etc) que nunca he recibido una carta de amor... no hay historias de eso. No hay mucho almacén de recuerdos, hay muchas ilusiones (la mayoría lesionadas). Al pasar del tiempo tengo exactamente lo que dice esa canción de Arjona: "soy libre y no me sirve, he compartido mi cama 100 veces y quiero irme". Exacto, estoy libre pero a cambio de ello también estoy sola, el sexo por sexo es vacío, pensaba dolía menos que luego de unos momentos de placer se fueran a que después de algunos años.
Seguí indagando pensando en eso, encontré los libros y las hojas blancas, con un texto inexistente como mi vida amorosa y pensé en las fotos que no se han tomado, están los recuerdos de lo que no ha sucedido y, ahí las veo, las velas que compré, aguardando el momento de una primera vez, dejar de tener sexo para poder hacer el amor. Hacerlo al calor de dos cuerpos que se quieren, besándose, mezclando el amor con la pasíon, el deseo y la lujuria.
Miré fijamente las velas, aun con el plástico aprisionadas al igual que yo, esperando y perdiendo la razón en ese exilio. Soy como esas velas decorativas: dentro de un empaque, sin vida, sin demostrar que pueden generar una hermosa calidez pero por el miedo de extinguirse no lo hacen.
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